sábado, 9 de junio de 2012

Frases célebres: Friedrich Nietzsche


Friedrich Nietzsche

Amo al que hace de su virtud su afán y fatal destino; pues por su virtud quiere seguir con vida y no quiere vivir más.

En los individuos es rara la locura - pero es la regla en los grupos, partidos, pueblos, épocas y por ello los historiadores no han hablado hasta ahora de locura. Pero alguna vez la historia la escribirán los médicos.

Toda convicción es una cárcel.

La exigencia de ser amado es la máxima arrogancia.

(...) El filósofo tiene hoy el deber de desconfiar, de mirar maliciosamente de reojo desde todos los abismos de la sospecha.

Todo idealismo frente a la necesidad es un engaño.

¡Que poco se requiere para ser feliz!... El sonido de una gaita.

Sin música la vida sería un error.

En la mayoría de los casos aun continua siendo eficaz contra el amor el viejo remedio radical: el amor que responde al nuestro.

Los monos son demasiado buenos para que el hombre pueda descender de ellos.
Solamente aquel que construye el futuro tiene derecho a juzgar el pasado.

No miente sólo el que habla contrariando su propio saber, sino sobre todo el que habla contrariando su propio no saber
Cuando me encuentro con una criatura, encuentro la voluntad del poder.

Ser feliz en la contemplación serena, con la voluntad extinguida, sin la codicia y el afán del egoísmo, frío y gris de pies a cabeza, pero con ojos ebrios de luna.

Tal es el destino que quiere mi voluntad.

¿ Donde esta la belleza? Allí donde uno tiene que querer con toda la fuerza de voluntad; allí donde uno quiere amar y perecer, para que tal imagen deje de ser nada más que imagen. Amar y perecer; desde todas las eternidades lo uno esta ligado a lo otro.

Hay siempre un poco de locura en el amor. Más también hay siempre un poco de razón en la locura.

Lo que me preocupa no es que me hayas mentido, sino que, de ahora en adelante, ya no podré creer en ti.

La mentira más común es aquella con la que un hombre se engaña a sí mismo. Engañar a los demás es un defecto relativamente vano.

"Sé al menos mi enemigo": así habla el verdadero respeto que no se atreve a implorar amistad.

Y el hombre, en su orgullo, creó a dios a su imagen y semejanza.

Dios ha muerto, su piedad por el hombre lo mató.

Nada es cierto, todo está permitido.

Mi gran amor a los lejanos pide: ¡No tengas consideraciones con tu prójimo! El hombre es algo que debe ser superado. Hay muchos caminos y modos de superarse: ¡elija cada cual el suyo! Pero solo el bufón piensa: "el hombre puede también ser saltado." ¡Supérate aun en tu prójimo; y derecho que puedas robar, no has de esperar a que te lo den! Lo que tú haces nadie puede hacértelo a tí. No hay recompensa y no hay castigo. Quien no puede mandarse a sí mismo, debe obedecer. Y más de uno puede mandarse a sí mismo,  pero está lejos de obedecerse también a sí mismo.

Todo lo recto miente. La verdad es torcida. Incluso el tiempo es circular.

Yo soy Zaratustra, el impío, que proclama: ¿Quién es más impío que yo, para que me imparta enseñanza? Yo soy Zaratustra, el impío: ¿dónde hay hombres como yo? Y son hombres como yo todos los que dan a sí mismos su voluntad y repudian toda resignación.

Vosotros miráis hacia arriba cuando ansiáis elevaros, yo miro hacia abajo, pues estoy elevado. ¿Cuál de vosotros puede reir y estar elevado a un tiempo? Quien escala las más altas cimas se ríe de todas las tragedias, reales y ficticias.

No he de ser pastor, ni sepulturero. No hablaré más a la gente, por última vez he hablado a un muerto.
Voy a juntarme con los que crean, con los que cosechan, con los que celebran la obra cumplida.
Voy a mostrarles el arco iris y todos los peldaños del superhombre.
Voy a cantar mi canción a los solitarios; y a quién pueda todavía oir lo inaudito le voy a henchir el corazón de mi felicidad.
Voy a encaminarme a mi meta.
Despejaré mi camino de los vacilantes y remisos.
¡Así mi marcha habrá de ser su marcha fúnebre!

"¡Y qué importa que se burlen de ti! ¡Tú eres uno que se ha olvidado de obedecer, ahora debes mandar! ¿No sabes quién hace más falta a todos? El más grande porque manda.
Realizar cosas grandes es difícil, pero aun más difícil es mandar cosas grandes.
Lo que hay de más imperdonable en ti es que tienes el poder y te resistes a dominar"
Las palabras más quedas son las que desatan la tempestad. Gobiernan el mundo pensamientos que vienen con suavidad de paloma.
¡Oh! Zaratustra,¡debes caminar como sombra de lo por venir; así mandarás y mandando darás la pauta!